domingo, 28 de noviembre de 2010

El sonido del silencio.

La letra, cuidadosamente trabajada, rezuma un fuerte sabor literario, pero extrañamente atractivo. A pesar de la densidad de las metáforas, hay en ellas una especie de escalofrío eléctrico y urbano, una luz fría e implacable, que cala hasta el fondo de las gentes en su actos cotidianos, clamando por unas relaciones más cálidas entre quienes se ignoran en la gran ciudad e interponen esas murallas de silencio en torno a ellos. La atmósfera, a medio camino entre la ficción y la más cruda realidad, entre lo onírico y el hiperrealismo, capta con pavorosa receptividad el panorama que ofrecen unas docenas de personas apretujadas físicamente en los vagones del subterráneo, pero tan lejos y acorazados en su soledad. Sólo rompen este mutismo los graffiti que esmaltan la monotonía de los anuncios y de los ladrillos, luchando contra el silencio que va creciendo como un cáncer; graffiti que terminan siendo epitafios, sonidos de silencio garabateados en las paredes del metro.

sábado, 27 de noviembre de 2010

El dinero puede comprar:

La cama pero no el sueño.
La comida pero no el apetito.
Los libros pero no la inteligencia.
El lujo pero no la belleza.
La casa pero no el hogar.
El sexo pero no el amor.
La diversión pero no la felicidad.
El crucifijo pero no la fé.
Un lugar en el cementerio pero no un lugar en el cielo...

jueves, 11 de noviembre de 2010

El cuento de las dos vasijas (Jorge Bucay).



Un aguador de la India tenia sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final del camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. Esto sucedía diariamente.La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines que fué creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia inperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo:Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo.El aguador le contestó: " Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino "Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio.El aguador le dijo entonces: " ¿ Tediste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino ? " Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los dias las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza. Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.